jueves, 30 de abril de 2009

Conciencia ante la influenza


Conciencia: En psicología, acto psíquico por el que
un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo.
Conocimiento reflexivo de las cosas.[1]

¿Es necesaria una crisis como la que hoy vivimos para decir y escuchar un ‘que Dios te bendiga’, para cuidar de nosotros y de aquellos a quienes amamos, para redimensionar y definir qué es lo que realmente vale para el ser humano?

Tal vez sí es necesario; quizá sí necesitamos una situación compleja, difícil de entender y de aceptar, para voltearnos a ver con los ojos que Dios nos dio al momento de nacer: ojos de amor, y así, estar en posibilidad de ver lo bueno que tenemos cada uno de nosotros en nuestro interior…

Hasta el día de hoy, ya no sólo se nos ha pedido no saludar en la forma en la que estamos acostumbrados, ahora los niños de millones de escuela en el país dejan de asistir a clases ‘cuatro días y pico’ dijo el secretario del ramo; también se nos ha pedido evitar las conglomeraciones, ya no podremos sentarnos a compartir los alimentos con los amigos en un restaurante… se nos ha pedido cambiar nuestra rutina; y, ¿a cuántos de nosotros nos causa molestia el realizar cambios en la rutina? Dicho de mejor manera: ¿por qué estamos apegados a la rutina?

Quizá el apego surge de una conveniente necesidad de esa rutina para sentir seguridad… y en el momento en que nos vemos obligados a soltar esa rutina, nos sentimos inseguros, como niños indefensos ante una situación desconocida.

Sin embargo, las cosas se pueden hacer de manera diferente, se pueden decir en forma diferente: es posible vivir una Vida distinta, y si somos capaces de sacar provecho, un provecho positivo de esta situación de emergencia, quizá es factible vivir una Vida mejor a como estábamos acostumbrados.

Yo no nací en esta ciudad, siempre me he declarado como una orgullosa norteña, oriunda de la ciudad de Durango; sin embargo, esta ciudad, este Distrito Federal que hoy ‘padece’ tantas restricciones, me ha dado cobijo, amistades valiosas, oportunidades únicas… Me parece que ese sentido de agradecimiento profundo es el que motivó el que, hasta hace unas horas, sintiera una mezcla de tristeza y nostalgia, y, porqué no reconocerlo, de incertidumbre al ver mi rutina personal trastocada, así como la rutina de tanta gente a mi alrededor…

Tenemos un Destino, para mí es cierto; Dios nos bendijo con el libre arbitrio, también para mí es cierto. Y hoy, considero que tenemos la opción de encerrarnos en el pesimismo y alimentar lo que pudiera ser una histeria colectiva; o bien, tomar conciencia de nuestros actos, atender las recomendaciones, sí, pero con la esperanza de un futuro próximo bueno, con el ánimo de sacar provecho de esta situación y dar lo mejor de nosotros mismos… Como dijera alguien en un programa de radio, convertir la histeria colectiva en un amor colectivo.

El amor por nuestro prójimo y por nosotros mismos, hará de esta situación una prueba de fuerza y voluntad de la gente que tuvimos la fortuna de nacer en un país tan grande y único como lo es nuestro México. Hay qué caminar con la frente en alto, con la certeza absoluta de que cada día, invariablemente, es una oportunidad invaluable para VIVIR…

Gracias a todos aquellos que luchan día a día, con su trabajo, con una sonrisa, con un mensaje de amor… Que Dios los bendiga.





[1] Diccionario de la Real Academia Española