miércoles, 15 de enero de 2014

Violencia de género


“Un novio de verdad: te llama para nada, te envía mensajes todo el tiempo, quiere verte, llora, se pone celoso, es sobreprotector y te ama”… Este mensaje, que resalta en una imagen de un joven besando a una jovencita, visible en una página de una red social, tiene casi dos mil ‘likes’, y ha sido compartida más de 600 veces; mismo número de personas que consideran normal no sólo los celos de la pareja, sino también el control y la manipulación, elementos, todos, de la violencia de género.

La violencia contra las mujeres nace de la discriminación y la desigualdad, de la aceptación de roles de género y las creencias vinculadas a ellos… por supuesto, de un sistema patriarcal enraizado en nuestra historia. Pero, ¿qué significa?

Significa que normalizamos conductas de los varones, tales como: llamadas continuas o el deseo manifiesto y constante de querer dónde y con quién está su pareja; prohibición (simulada o abierta) de usar vestimenta no autorizada; menospreciar opiniones, gustos o intereses; controlar las amistades, lugares o viajes recreativos… todo, con el argumento de que ellos saben lo que es bueno para nosotras, en el nombre del amor. Cuando, la realidad, es que el amor es libre, sin ataduras, sin escenas de celos constantes, sin mensajes velados que disminuyen la autoestima de quien los recibe; el control no es amor, la manipulación tampoco es amor. Se llama violencia.

De acuerdo a ONU Mujeres, a nivel global, un 35% de mujeres ha sufrido violencia física y/o sexual en el contexto de relaciones de pareja o violencia sexual fuera de relaciones de pareja; y particularmente en países como el nuestro, las mujeres de zonas urbanas tienen el doble de probabilidad que los hombres de sufrir algún tipo de violencia. Datos que al analizarse a la luz de nuestra realidad nacional, se traducen en que 7 de cada 10 mujeres son víctimas de algún tipo de violencia en México: de diez mujeres con las que diariamente interactúas, 7 de ellas sufren algún tipo de violencia…

A finales del año pasado, ONU Mujeres y México (a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Instituto Nacional para las Mujeres y el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Historia), firmaron un Memorándum de Entendimiento en materia de estadísticas e indicadores de género, con el que se pretende profundizar la colaboración para fortalecer la incorporación de la perspectiva de género en el análisis y difusión de información estadística; y que deberá traducirse en políticas públicas eficaces.

Desde luego las estadísticas y su buen uso son cruciales no sólo para la formulación e implementación de políticas públicas efectivas y eficaces; sin embargo, es igualmente importante trabajar en la formación de una cultura distinta, en desenraizar roles de género, en desaprender lo aprendido en un sistema patriarcal; en enseñar a niños y niñas que tienen los mismos derechos, que nadie debe someter a nadie, que nadie debe controlar los pensamientos y acciones de nadie… Que hombres y mujeres podemos construir, codo a codo, una sociedad donde la libertad y el amor sean conceptos hermanos, y no abstractos.