Todos los días nos enteramos de casos de
trata de personas, en todas las latitudes de la orbe, en que las víctimas, la
gran mayoría, son personas jóvenes, en un rango aproximado de los 12 a los 18
años de edad. Nuestro país, hoy en día, ocupa deshonrosos niveles en el mundo, que
indican el altísimo índice de trata de personas: primer productor y segundo
consumidor en pornografía infantil; y las acciones administrativas, judiciales
y policiales para combatir el delito dejan mucho qué desear, por decir lo menos.
Si bien es obligación del Estado velar por
la protección, seguridad e integridad de las personas, mayores y menores de
edad, está visto que lo que la ciudadanía no haga hoy por proteger a la misma
ciudadanía, tardará mucho en hacerse por parte de quien ostenta dicha
obligación.
Por ello es tan importante las acciones que
se realicen para difundir información con miras a la prevención de un delito
tan reprobable como multifacético. En 2012, la Red de Organizaciones Sociales
con Perspectiva de Género por la Igualdad de Hombres y Mujeres, se pronunció
por declarar espacios libres de violencia, y dio inicio a la campaña “Juntos
nos cuidamos, Mujeres Libres previniendo la Desaparición Forzada”; misma idea
que ha sido retomada para promover un espacio de reflexión desde una
perspectiva de género con estudiantes hombres y mujeres en los espacios
universitarios.
Con el objetivo de contribuir en la
construcción de una cultura de respeto de los derechos humanos en relación con
la prevención de la desaparición y trata de personas, a través de la
sensibilización de la comunidad universitaria, se implementará la Campaña
“Juntos nos cuidamos” en las 14 facultades que comprende la Universidad
Autónoma de Querétaro, para lo cual, se capacitarán a 60 alumnas y alumnos como
promotores. Esto habrá de realizarse del 7 al 10 de octubre próximos.
Estas acciones, clara muestra del esfuerzo
y voluntad de quienes se interesan por prevenir la trata de personas, no sólo
merecen el reconocimiento de la sociedad, sino también son acciones que merecen
ser replicadas, adaptadas según corresponda a los niveles educativos y regiones
donde así se haga.
Mi más sincera felicitación a las y los
jóvenes de Querétaro que con valentía y voluntad, están luchando y trabajando
porque otras y otros jóvenes tengan la libertad de elegir qué hacer con su
vida, evitando así que intereses económicos, traducidos en delitos, se impongan
sobre su voluntad.
Con información de Grupo T’ek’ei