martes, 31 de diciembre de 2013

¡Feliz 2014!


En unas cuantas horas, en este lado del mundo donde vivo, terminará el año 2013.
Este año, para mí, ha sido de grandes enseñanzas, maravillosas experiencias e invaluables momentos, así que no puedo más que estar infinitamente agradecida por todo lo que ha dejado en mi vida.
En febrero de este año, gracias a la invitación hecha por el Lic. Jorge Gaviño Ambriz, inicié uno de los proyectos más hermosos que he tenido entre mis manos: el programa ‘Rostros de la Trata’. Cómo olvidar las alegres y atinadas participaciones de Albania González, que nos acompañó hasta junio de 2013, para después irse detrás de un sueño y proyecto personal; gracias al apoyo y valiosa participación de Diana Correa y Rodrigo Aguilar, pude asistir a la Academia de Género 2013, que tuvo lugar en el Centro de Formación de la OIT en Turín, Italia; y gracias a la colaboración siempre dispuesta y jubilosa de Margarita Nava, el programa se ha llenado de color, vida y movimiento a través de sus dibujos.
También gracias a este programa he tenido la gran oportunidad de conocer y acercarme más a muchas personas y asociaciones que, desde distintas trincheras, realizan una labor diaria para construir un mundo mejor, donde las sonrisas de niñas y niños, hombres y mujeres, sean una verdadera realidad, y no un sueño…
En este año tuve la oportunidad de participar, además, en el Curso “Trabajo forzoso y trata de personas”, también en el Centro de Formación de la OIT; esta experiencia, así como la de la Academia de Género 2013, me ha permitido conocer a personas que, alrededor del mundo, construyen diariamente cimientos firmes que contribuyen al desarrollo integral de las personas.
Falta mucho por hacer… Falta mucho para tener un país donde la justicia deje de ser sólo un concepto; falta mucho para que vivamos una sociedad donde el respeto sea garante de nuestros derechos humanos; pero eso no significa que sea una lucha perdida o un sueño lejano, al contrario: significa que podemos hacer mucho, todas las personas, desde distintos espacios. También significa que esta lucha, de construir un mundo mejor, tiene espacio para todas las manos, para todas las mentes y todas las ideas…
Deseo que en el 2014 nos atrevamos a vivir la vida a plenitud, a dejar de escatimar recursos, esfuerzos, sonrisas y abrazos; que nos atrevamos a compartir, a expresar nuestros sentimientos, a luchar por nuestros sueños… a sumarnos a la lucha contra las injusticias y a favor de la igualdad.
Gracias a todas las personas que este año llegaron a mi vida, a quienes se fueron, a quienes a través de estos años siguen presentes: he aprendido mucho de ustedes, y en el transcurso del tiempo, sigo aprendiendo…
Les deseo un año lleno de amor…