lunes, 1 de agosto de 2011

Otoño anticipado

Hay tardes de verano que saben a menta: frescos; los minutos se deslizan suaves entre cada una de nuestras miradas mientras el aire le arrebata sonrisas a las caricias que se dibujan al crujir las hojas bajo los pies. Son de esos días y esas tardes en que la soledad de una misma sabe a lleno, a entero...tardes en que puedo tocar los rayos del sol a través de mí misma. Estos días son tan puros y extravagantes, tan poco contradictorios...

La luz se refleja a la vuelta de cada esquina en una mano, un sonido, en el preludio de un beso. Y las letras no parecen más que símbolos llenos de gracia y no llenos de significados, pues resultan insuficientes para describir la paz que me regalan las tardes con sabor a menta...