“La anarquía está en todas partes cuando
la responsabilidad no está en ninguna”
Gustave Le Bon.
La
ciudadanía de hoy, me parece, dista mucho de la que votaba y tomaba decisiones
en los años sesenta, setenta y ochentas. Los hombres y mujeres de hoy,
cuestionan más, critican más, señalan más… Cierto es que la tecnología ha
favorecido un ejercicio ciudadano que puede resultar muy favorable, y muchos
son los ejemplos de ello.
Sin
embargo, es un ejercicio que demanda un mayor esfuerzo. El servicio público
puede (y debe) ser observado con lupa, y ejercido con un alto sentido de
responsabilidad; por tanto, se trata de un esfuerzo conjunto: de la ciudadanía,
que tiene la obligación de informarse, previo al señalamiento, y del/a
servidor/a público/a, que tiene la obligación de proporcionar información
válida que sustente su dicho.
Es
muy amplio el marco normativo de prácticamente todas las dependencias y
entidades del sector público, y muchas veces, su contenido está lleno de
expresiones que pudieran dificultar su entendimiento. Sin embargo, si como
ciudadanos/as tenemos la disposición y ánimo para criticar y hacer aportaciones
que redunden en un mejor desempeño del servicio público, también debemos tener
la responsabilidad para hacerlo de manera informada. Y eso, hoy, más que nunca,
es posible, valiéndonos de la información que se encuentra disponible en internet.
No
obstante, también es preciso que desde el servicio público se brinde confianza
a la ciudadanía, y eso se logra asegurando que la información que se
proporciona es, desde luego, la adecuada. Los portales donde se especifica,
entre otras cosas, el marco normativo de las dependencias y entidades, debieran
de manejarse con sumo cuidado: es el espacio donde ciudadanía y sector público
pueden vincularse, informarse y enriquecerse. Debemos tener presente que la
juventud mexicana, hoy por hoy más participativa y crítica, se expresa y actúa
con fuerza en el ciberespacio; por ello, el contenido de esos portales debe ser
claro, preciso y suficiente.
De
nada vale que se invite a la participación ciudadana si no se brindan
herramientas para ello; y en poco beneficia una participación ciudadana mal
informada: todos y todas perdemos.