miércoles, 23 de octubre de 2013

Acciones ciudadanas y artísticas para prevenir la trata de personas

Contenido del Programa 30 Rostros de la Trata


En el marco del Día Internacional de la Niña, que se conmemora el 11 de octubre, en el programa número 30 de Rostros de la Trata, nos acompañó la artista Margarita Nava.  

Fotografía: Alejandra J.C.
Margarita Nava (Magos) es ilustradora y comunicadora gráfica; realizó sus estudios de Comunicación Gráfica en la UNAM al mismo tiempo que participó en acciones de organización civil y educación en Derechos Humanos. Ha colaborado tanto en el sector público como en organizaciones civiles nacionales e internacionales en el área de capacitación y participado en editoriales y revistas periódicas. También ha participado exitosamente en diversas exposiciones; y no está por demás mencionar que es ella la creadora de la imagen de nuestro programa.

El arte, entendido como cualquier actividad o producto realizado por el ser humano con una finalidad estética o comunicativa, tiene como objetivo expresar ideas, emociones o, en general, una visión del mundo, mediante diversos recursos: plásticos, lingüísticos, sonoros o mixtos.

Muestras de expresiones artísticas y ciudadanas que tienen como objeto visibilizar y prevenir el fenómeno de la trata de personas las tenemos en distintos lugares de nuestro país y del mundo; como por ejemplo, la realizada por estudiantes de las carreras de Criminología y Antropología de la Universidad Autónoma de Querétaro: “Juntos nos cuidamos”, del 7 al 10 de octubre.

Magos nos explica, desde su experiencia, cómo ayuda el arte a entender la realidad social, a nuestra comunidad y nuestro entorno: señala que la sensibilidad que es inherente a todo ser humano (produciendo cultura y teniendo acceso a ella), y que para entender el arte se empieza sintiendo y percibiendo una realidad y expresándola. En Amnistía Internacional colaboró con un equipo de educación en Derechos Humanos para comunicar gráficamente. Considera que una forma muy creativa de la defensa de los derechos humanos es a través de expresiones artísticas (dibujo, danza, etc.).

Al preguntarle cómo cree que pueda ayudar el arte a que la comunidad entienda un fenómeno como la trata de personas, responde que el desarrollo de acciones que se realizan en comunidad (como por ejemplo, la pinta de bardas que se han realizado en los Campos del Seminario en Puebla), son actividades orgánicas que permiten una expresión más pura de las ideas, pues la imagen visual es un gancho mayor para asir conceptos más elaborados.

Expresiones artísticas contra la Trata de Personas en México y el Mundo:

SAN LUIS POTOSI, MEXICO
El Congreso del Estado convocó, el pasado mes de junio, a un Concurso de Graffiti que tuvo como tema central el prevenir el comercio, explotación y trata de personas. Con la participación de más de 20 jóvenes, el primer lugar lo obtuvo Juan Ramón Sánchez, el segundo y tercer lugar lo obtuvieron Arturo Zavala y Sergio Adán.

MAR DEL PLATA, ARGENTINA
El pasado mes de julio, se realizó una jornada de arte contra la trata de personas, organizada por la Fundación Alameda Mar del Plata, que contó con una exposición de obras de diferentes disciplinas plásticas con la temática “no a la trata de personas, el trabajo esclavo, el trabajo infantil y el crimen organizado”.

BUENOS AIRES, ARGENTINA
En una pared cercana a la Facultad de Medicina de Buenos Aires, un artista plástico repudió la trata contra la trata de personas, creando un mural con avisos de oferta sexual para demostrar la relación existente entre la trata de personas y este tipo de publicidad. Ello, en virtud del aumento de avisos de este tipo que hay por el centro; la limitación en la publicidad sólo es aplicable a los medios de comunicación como diarios, radio y televisión.

DISTRITO FEDERAL, MEXICO
OBJETO 600 (FUERA DE TEMPORADA)
Dramaturgia: Colectivo “La Causa Teatro”. Dirección: Liliana Ramírez Silva.
Collage escénico conformado por cuadros que nos remiten al complejo universo de la prostitución, la trata de mujeres y el lenocinio; mismo que revela la violencia que constituye la cosificación de la mujer, a través de varios testimonios obtenidos de la vida real y del libro Esclavas del Poder de la periodista Lydia Cacho. Millones de lugares, miles de personas,  la misma violencia.

SI UN ARBOL CAE (FUERA DE TEMPORADA)
Dramaturgia: Javier Malpica. Dirección: Nora Manneck.
Dos mujeres, dos rostros, dos árboles que caen en el silencio del bosque. Dos voces que dan cuerpo al grito ahogado de miles de niñas y mujeres que son víctimas de Trata con fines de explotación sexual. Un viaje en diferentes dimensiones del tiempo que nos descubre a la par de las protagonistas, las condiciones de desventaja ancestrales que prepara el terreno para la red de tratantes: el nacer mujer, la violencia intrafamiliar, la marginación social, económica, cultural, étnica.

ARGENTINA
CORTOMETRAJE
Cortometraje dirigido por Marcela Suppicich sobre la trata de personas.
Durante el 2011 participó en el "11º Festival Internacional de Cine de Temática Sexual", el "Concurso Iberoamericano de Cortometrajes La Mujer y el Cine" y el "Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba". Declarado de interés social por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

¿De qué se trata? ©


Texto: Leticia del Rocío Hernández

Diseño: Margarita Nava
Una niña de apenas 7 años, con profuso maquillaje en su rostro y complicado peinado de salón se asoma en la portada de una reconocida y prestigiosa revista de moda. El resultado: polémica inmediata y ventas agotadas de los ejemplares.

Después del inicial revuelo causado hace poco más de 2 años, podemos ver que el impacto de las fotografías ha sido poco más que simbólico. Basta recorrer, con mirada atenta y en ocasiones no tan observadora (por lo obvio de las imágenes), artículos y anuncios comerciales de diverso contenido, donde las fotografías que los ilustran muestran pequeñas que aún no alcanzan la pubertad, representadas como mujeres listas para salir a una fiesta. Y qué decir de los concursos infantiles donde, a propósito de exaltar las habilidades de las niñas participantes, se les muestra vestidas, maquilladas y peinadas en exceso… hipersexualizadas.

No falta quien defiende la hipersexualización de las niñas, sobre todo las personas creadoras de tales imágenes (un alto contenido artístico suele ser el principal argumento), y, desde luego, quienes se benefician de la venta de los productos ofrecidos (se trate de un perfume o un concurso); alegando que se trata de algo natural… Como, sin duda, lo ven los pedófilos que tienen acceso a tales imágenes con el simple click de cualquier teclado, sin necesidad de buscar páginas ilegales para satisfacer su necesidad de acceder, aunque sea visualmente, a una persona menor de edad.

Porque a eso exponemos a las niñas al mostrarlas como representaciones sexuales, disfrazadas de mujeres adultas: a que personas que con una parafilia oculta o manifiesta, alimenten su excitación sexual con niñas (y niños). Pero el asunto también tiene otros alcances: al normalizar la imagen de una jovencita con poses sensuales, rodeada de hombres adultos o de escenarios no aptos para su edad (bares; una cama desordenada donde se aprecian unos pantalones masculinos –y donde el objeto que se comercializa son los pantalones en cuestión-, por citar unos ejemplos), se normaliza también la explotación sexual infantil.

Las personas que demandan servicios sexuales, al menos en nuestro país, poco o nada se preocupan en conocer no sólo las condiciones reales de las mujeres a las que tienen acceso (se trate de una sala de masaje, un bar, o la misma calle), sino que tampoco muestran el menor interés en comprobar si la joven que tienen frente a sí efectivamente tiene 18 años o bien pudiera tratarse de una niña de 14 años, maquillada en exceso. (Aunque desde luego, también está el grupo de personas que atienden a conductas específicas, y que buscan tener encuentros sexuales con niñas y niños).

Frases como “ya es cancha legal”, “si alcanza el timbre no hay problema” y otras donde se deja claro que si la joven cuenta con determinada apariencia y estatura se trata de una mujer accesible para relaciones sexuales, dejan en evidencia que, socialmente, está aceptado un acercamiento (de tipo sexual) a una niña que parezca que ya no lo es; si a esto le añadimos la influencia de la hipersexualización de las niñas a través de los medios, tenemos la más común de las justificaciones de personas (hombres y mujeres) que no alcanzan a dimensionar el grave problema de explotación sexual infantil: “… está vestida como mujer, actúa como mujer… ¿cómo voy a saber que entonces no se trata de una mujer?”.

Un razonamiento simple que se encamina a responsabilizar a la niña de las acciones de la persona adulta. Porque, si viste y actúa como mujer, entonces habla, camina y seduce como mujer… y el hombre adulto no duda en alegar que es incitado por la conducta de la niña. Un círculo tan vicioso como perverso.

Como personas adultas, debemos asumir las consecuencias de nuestros actos, pensamientos y omisiones. Al aceptar la hipersexualización de las niñas, normalizamos conductas ilegales que dañan a la infancia: de lo que hagamos (y dejemos de hacer) para evitar que la explotación sexual infantil siga incrementando depende el sano desarrollo y convivencia de nuestra sociedad.