domingo, 27 de marzo de 2011

¡Ser feminista es LO MÍO!


Por: Leticia del Rocío Hernández

dignidadparallevar@gmail.com

Twitter: @LeticiadelRocio

La Real Academia Española ha definido el estereotipo como la ‘imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable’. Desde mi punto de vista, particularmente en cuestiones de género, la definición ha sido rebasada por la realidad. Los estereotipos también son ideas impuestas por una maquinaria con visión sexista.

Soy férrea defensora de la libertad de expresión. Sin embargo, creo que este derecho tiene una regla que de ninguna manera debe transgredirse: el respeto. Respeto a la persona... sin distinguir género, condición, educación, ocupación o ideología.

Las feministas no somos, por antonomasia, detractoras del género masculino. Las feministas tampoco somos un grupo de mujeres que enarbola la bandera de la intransigencia como defensa de nuestras ideas.

Pocos días después de la celebración del centésimo aniversario del Día Internacional de la Mujer, leí en una revista de circulación nacional, leída por muchas personas entre los 15 y 25 años, una descripción de los ‘tipos de amigas’. Entre los estereotipos propuestos, estaba, desde luego, el de la feminista. Descripción vaga, corta, ya no de imaginación, sino de información. La mencionada descripción termina con una frase que en sí misma es -desde mi punto de vista- un insulto a quienes nos decimos feministas: ‘...a veces le sale un ligero bigotito’. Un insulto, sí. Porque con la imagen visual que la frase provoca, se soslaya el trabajo de grandes mujeres que diariamente, desde su trinchera personal, buscan un cambio real en la sociedad en que vivimos; mujeres que luchan porque la equidad de género se materialice en acceso a la educación, la salud y puestos públicos de millones de mujeres alrededor del mundo; mujeres que cantan, barren aceras y arreglan jardines, educan a niños y niñas, escriben, pintan, bailan, se manifiestan, hacen plantones, dan conferencias y/o entrevistas...todo, con un loable objetivo: ser la voz, en formas tan multiplicadas y diversas, de otras mujeres.

A nuestro alrededor sobran los ejemplos de esa necia insistencia por denigrar, sutilmente, la hermosa esencia femenina... esencia que va más allá de un color, un gusto, una actividad. Desde espectaculares impresionantes, he leído frases que hacen alusión a actividades propias ya no de mujeres, sino de mujeres que además son amas de casa, según los estereotipos convencionalmente aceptados por determinados sectores de la sociedad: si eres ama de casa, seguramente ‘lo tuyo’ es ir a clases de macramé y/o jugar canasta... ¿Cuántas propuestas similares a ésta se verán en esos espectaculares?

Podrías decir que exagero. Que le doy demasiada importancia a los eventos o al mundo de la mercadotecnia. Mi respuesta es sencilla: la vida se construye de detalles. Y cada ‘detalle’, en cuestión de género, es relevante.

Lo he dicho muchas veces: el respeto entre los géneros es y será la única garantía de la convivencia armónica en la sociedad. No se trata de reivindicar un género denostando al otro... nuestra experiencia en esta vida es rica gracias a los detalles, y el mundo es rico gracias a las diferencias.