martes, 6 de abril de 2010

Compartiendo mi soledad

Hay soledades que nos alcanzan. Hay soledades que nos detienen. Otras más, invaden nuestros espacios... y hay soledades que esperan, que buscan, que encuentran. Llegan, o llegas a ese espacio y momento donde siempre han estado. Se anuncian, o te sorprendes anunciando tu llegada. Sonríes, y te devuelven la sonrisa, ahora como lágrima, ahora como susurro del viento. Soledades amigas, soledades hermanas... soledades que cobijan sin reprochar, que alientan sin cuestionar... soledades que regalan ese impulso que necesitas para seguir caminando, con la cabeza muy en alto, en esos momentos en que sientes que el mundo se derrumba a tus pies... soledades que nunca vienen solas, llegan del Cosmos, de lo que para mí es divino y eterno. Y hoy, como nunca antes, me cuestiono... y esas soledades me han dado la respuesta...