domingo, 24 de marzo de 2013

¿Puedes ver más allá de mi escote?


Difícil imaginar que la vida sentimental, el tipo de calzado o vestimenta de Diego Fernández de Cevallos, Martí Batres, Jesús Zambrano o Manlio Fabio Beltrones fueran razón suficiente para cuestionar su capacidad de análisis, o bien para calificar su desempeño como políticos. Son sus actos, declaraciones, y experiencia en la vida pública, lo que nos hace formarnos una opinión y tomar decisiones en consecuencia.
Sin embargo, cuando una mujer como Crystal Tovar Aragón viste una minifalda, se cuestiona su capacidad como legisladora.
Y cuando se informa del ‘escandaloso’ pasado de Giselle Arellano Ávila, aspirante a una diputación local en Zacatecas, el Comité Ejecutivo de su partido (Acción Nacional) le niega la candidatura, porque no tiene “un modo honesto de vivir y tampoco honorabilidad y prestigio”. Ello, a pesar de que en días anteriores, el propio partido manifestó en un comunicado que: “… Ante todo Acción Nacional siempre defenderá una cultura humanista de respeto al concepto íntegro de la dignidad del ser humano…” Me pregunto si el ex diputado federal Osiel Castro de la Rosa, militante del mismo partido que Giselle Arellano y quien según nota periodística no pasó la prueba del alcoholímetro en días pasados, sí tiene ese prestigio… Me pregunto, también, si las omisiones cometidas en el caso de la Guardería ABC por parte de diversos funcionarios públicos, también militantes de Acción Nacional, sí constituyen un modo honesto de vivir…
Indignante es la comisión de delitos como la trata de personas; indignante es que el número de feminicidios aumente, día a día, a lo largo y ancho del país; indignante es que millones de personas no tengan un acceso garantizado a la justicia… indignante es que a estas situaciones no sean discutidas con seriedad por aquellos que critican el largo de una falda, y que no provoque en la opinión pública agravio alguno...
La capacidad intelectual de nosotras las mujeres no se mide por el largo de una minifalda o por lo profundo de un escote, porque no es nuestra indumentaria ni atributos personales lo que define nuestras capacidades intelectuales ni nuestro desempeño profesional… ¿acaso es tan difícil de entender?
Publicado en Revista Valores OnLine, Marzo 2013.