martes, 16 de febrero de 2010

Diálogos conmigo misma…

Quiero volar… quisiera que mis palabras me llevaran a los destinos que conozco o que imagino, que mis momentos fueran sólo momentos, trascendentes todos, efímeros en sus colores e intensos en sus sabores. Quisiera, quise como quiero ahora, que mi voz entone notas musicales que sirvan de amable compañía a quienes quieran escaparse de esa soledad forzada que tan bien conozco…

¿Qué cosas nunca te dije? Tantas.

¿Y tendría caso escribirlas ahora? Lo dudo.

¿Es bueno visitar el pasado? Quizá sólo si de regreso, una viene con una sincera sonrisa. Entonces, ¿vale la pena pensar, pensar en ti, en él, en esto, lo otro, aquello…? Sólo si mis letras transmiten alegrías.

¿Lo estoy logrando? Con mucho esfuerzo; entonces, ¡habrá que cambiar de tema! O quizá de pensamiento…

¿Qué pretendo al escribir? Vivir.

¿Sólo vivo si escribo? Entonces, desahogarme.

¿Por qué tan indecisa? No, sólo hago precisiones.

¿Es real el desahogo? Al menos, muy auténtico; por lo tanto, es real para mí.

¿Tú buscas las palabras? Llegan sin previo aviso.

¿Qué tanto de ellas corriges? Menos de lo que mi timidez quisiera.

¿Eres tímida? Sólo cuando soy consciente de ello… tal vez, es una conducta aprendida.

¿Qué esperas del mundo? Sonrisas.

¿Qué estás dispuesta de dar de ti al mundo? Sonrisas.

Entonces, ¿cuál es la ganancia? La vida.

Donde hay llanto, ¿no hay vida? Es otra manifestación.

¿Crees en Dios? Para mí, Es.

¿Existe? Es y Se manifiesta.

¿Eres católica? Aprendí a serlo.

¿Cambiarías de religión? Así visto, no tengo religión alguna.

¿Cómo eres? Soy un ente en reconstrucción.

Y eso, ¿cómo se define? Sigo sin tenerlo claro.

¿Te inquieta? Sí, porque me emociona, me veo y me siento como una mariposa saliendo de un cascarón, lista para emerger de un oceáno para alcanzar un vuelo muy alto.

¿Eres feliz? Como nunca lo había sentido.

¿Lloras? Cada que tengo oportunidad y ganas de hacerlo.

Entonces, ¿eres feliz a pesar del llanto? Mi llanto son gotas de agua, compuestas por un hidrógeno, dos oxígenos y tres átomos de alegría…

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