
No recuerdo haber llorado, tal vez había logrado gritar un par de veces, antes de sentir la fría estructura metálica rozando mi sien... En medio de un momentáneo silencio, escuché que mi teléfono celular sonaba con insistencia... Y comencé a llorar, pensando que seguramente era Rebeca, quien debía estar llamando para preguntar el motivo de mi tardanza...
Volteé a la derecha, y vi cómo comenzaban a alejarse de mi vista casas y letreros que había formado los límites de mis recorridos durante toda mi infancia...
(Texto inédito de "...Y hoy sonrío". Todos los derechos reservados).
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