lunes, 27 de agosto de 2012

Carta a Marcelo Ebrard, funcionario hoy, siempre ciudadano


Distrito Federal, México; a 31 de marzo de 2012.

Lic. Marcelo Ebrard Casaubón, 
Jefe del Gobierno del Distrito Federal. 

Nombrar los muchos logros y objetivos cumplidos durante su administración al frente del Gobierno del Distrito Federal es, considero, tarea que le corresponde a usted al realizar su informe de actividades anuales. 

Desde luego, tengo claro que dentro de su gabinete hay funcionarios públicos, mujeres y hombres, que dirigen ramos tan importantes como transporte y vialidad, obra pública y medio ambiente. Y basta conocer el número de habitantes del Distrito Federal para suponer que tampoco es tarea sencilla. 

Sin embargo, teniendo en cuenta el constante reclamo, que pareciera ir en aumento, de hombres y mujeres que cada día se encuentran con mayores dificultades para trasladarse a sus centros de trabajo y a sus hogares, me parece que es importante anote en su agenda un tema que, sinceramente, no debiera de serlo: el caos vial. Porque no se le puede llamar de manera diferente: transitar por las calles del Distrito Federal se ha vuelto, en el mejor de los casos, deporte de alto riesgo. Y muchas pueden ser las ópticas: al caminar, al circular en bicicleta, en el transporte público o en vehículo particular; las condiciones mínimas de seguridad para ello se reducen cada día más. 

Yo soy una mujer con la gran fortuna de ser, prácticamente, mi propia jefa, esto es: la actividad profesional a la que me dedico, la que he elegido, es lo que más me gusta. Las actividades en mi agenda, hasta hace algún tiempo, las dictaba mi voluntad de realizarlas, y las realizaba con éxito, sin mayores contratiempos. De un tiempo a la fecha, mi agenda se ha visto alterada, bache tras bache, obra tras obra, marcha tras marcha… 

Una obra pública, ya sea la construcción de un segundo piso del periférico o de un edificio, de esos que parece abundarán en prácticamente todas las delegaciones del Distrito Federal, garantizan la creación de fuentes de empleo, eso es un hecho. Pero también lo es que de igual manera implica el tránsito de vehículos de dimensiones desproporcionadas que transportan desde varillas hasta ballenas, cemento, tabiques, arena grava... Necesario, todo, para la edificación, por supuesto; pero: ¿a todas horas? Porque a cualquier hora de la mañana, tarde y noche, se puede ver el paso (a velocidades que la mayoría de las veces supera el límite marcado por el Reglamento de Tránsito) de esos vehículos por casi cualquier avenida: Revolución, Periférico, Circuito Interior, Ejército Nacional, Arquímedes, Paseo de la Reforma… Ni hablar del ruido que provocan y de la contaminación que generan.

Quizá los reportes que usted recibe al respecto guarden cierta distancia de lo que vivimos diariamente, hombres y mujeres, en nuestros centros de trabajo, casas y calles por donde transitamos. Y con ello no trato de menospreciar el trabajo de las personas que tienen la responsabilidad de realizar dichos informes: puede deberse a una gran carga de trabajo, que impide visibilizar detalles, esas cotidianeidades que construyen nuestro día a día. 

Por eso, Lic. Ebrard Casaubón, le invito amablemente a que sea mi compañero de viaje un martes o un sábado por la mañana, y me acompañe del lugar donde vivo a donde se encuentra ubicada mi oficina, y sea testigo fiel de la confusión que generan múltiples carriles, mal pintados y desordenados, en lo que antes era Periférico Sur, y ahora parece zona de guerra; tal vez se divierta un poco, pensando que está a bordo de una montaña rusa, gracias a la gran cantidad de hoyos (de todos tamaños) provocados, desde luego, por el ir y venir de los vehículos de enormes proporciones que comentaba líneas arriba. Experiencia que, desde luego, la suspensión de ningún carro agradece. También podrá ver con sus propios ojos, no sé si sorprendidos como los míos, una cantidad considerable de autobuses (turísticos y de transporte público), que circulan por carriles centrales de Periférico, con la arbitrariedad que cada conductor quiera hacer uso: ya sea ocupando más de un carril, o bien deteniéndose en los lugares más insospechados, para bajar o subir pasaje. 

Publicado por primera vez en gurupolitico.com el 02 de abril de 2012

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